lunes, 19 de marzo de 2018

Cómo Sería El Mundo Si Los Hombres Tuvieran La Regla

La menstruación, esa  etapa que sufrimos las mujeres mensualmente durante años, que puede durar desde dos días a una semana, que es considerada como el mayor símbolo de la feminidad y que nos permite crear vida. Esos días del mes que no duran solo lo que dura el periodo, sino que sus síntomas empiezan al menos una semana antes. Dolor de ovarios, dolor de pechos y aumento de su tamaño, dolor de cabeza, susceptibilidad y sensibilidad a flor de piel. Tener que ser una mujer prevenida y estar siempre pendiente del día en que vivimos, porque puede que tengamos suerte y nuestra menstruación sea  regular, pero también puede que venga cuando menos te lo esperes y te arruine tus carísimas braguitas de encaje de La Perla. Sin olvidar que esta bonita experiencia te obliga a  tener el armarito del cuarto de baño más repleto de compresas y tampones que las estanterías del súper. Y lo más grave de todo, más allá de tener que aguantar chistes machistas relacionados con nuestro humor y la menstruación,  lo que conlleva tener el periodo; la posibilidad de tener hijos, y la responsabilidad que debemos asumir desde jóvenes en lo que se refiere a tener relaciones sexuales. Asumir el riesgo de poder quedarnos embarazadas por echar un polvo, tener que tomar duras decisiones como tener un hijo o abortar aunque no estés preparada para ello y seguramente tener que hacerlo todo solas, porque somos nosotras las que cargamos con las consecuencias.

Pero, ¿cómo sería el mundo si fueran los hombres quienes tuvieran la regla?

Primero, tener la primera regla seguramente se convertiría en un acontecimiento de masculinidad tan importante como alcanzar la mayoría de edad o incluso más. Los hombres hablarían de la frecuencia con la que les viene la regla, la cantidad, de su primera experiencia poniéndose un tampón, y los terribles dolores que tienen que soportar, porque no olvidemos lo mal que aguanta el dolor el “sexo fuerte”. Pero en definitiva sería un tema de conversación tan importante como el fútbol o la política. Ante la importancia de este acontecimiento masculino seguramente los tampones y las compresas estarían subvencionadas por el gobierno, al igual que las pastillas anticonceptivas y las del día después. No habría ninguna duda acerca de la legalidad y la gratuidad del aborto y habría clínicas de planificación familiar al lado de cada bar de copas, discoteca o playa.

Y lo más importante de todo, nos entenderían de verdad. Así que, si tenemos la regla y nos apetece llorar porque sí,  nos quejamos de los dolores que tenemos o queremos comernos una tableta de chocolate entera, no rechistéis solo darnos mimos e id a comprarnos todas las chuches que necesitemos.

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